Soy Marta, una joven de 21 años que este Julio de 2023 viajo a Brasil a vivir una de las mayores experiencias de mi vida. Siempre entre tomar una decisión importante y decidir postponerla hay un paso y es el miedo. Pero ¿en que se basaría nuestra vida si no nos atreviéramos a probar cosas nuevas?
En estos meses de introducción al voluntariado he de contaros que ha sido un proceso, diría que, novedoso. Comienzas haciendo una videollamada con gente de diferentes partes del mundo y pensando ¿estoy en el lugar correcto? Y terminas respondiendo a tu pregunta.
Yo he descubierto que sí, que tengo mucha ilusión por comenzar este camino de servicio, ayuda y compromiso. ¿Y a ti, porque no te podría pasar lo mismo?
Desde mi perspectiva solo necesitas una cosa, amor. En estos meses he aprendido que no tienes que ser un experto en la materia, que no tienes que tener cuidado de no cometer ningún error ni nada por el estilo, sino escuchar a tu corazón. Un corazón sediento de amor, de justicia y de cariño.
Aprender de los demás y que ellos aprendan de ti como familia que somos. Jesucristo nos dice “amaos unos a otros como yo os he amado” y no se refiere solo a tu entorno más cercano. Puede que tu no lo veas directamente, pero mientras que tu orientas tu vida, hay gente que pasa hambre, que no tienen donde dormir, o que les falta alguna figura paterna donde refugiarse cuando todo la mal. Y las hermanas de la congregación, siempre al servicio del señor, hacen que toda esa oscuridad, se vea mas clara. Hay gente que dedica su tiempo en preparar este voluntariado, solo faltas tu por apuntarte y compartir todo tu potencial.
Por último, decir que las reuniones tanto a nivel personal como grupal son charlas, entre nosotros, como si estuviéramos en casa todos juntos, como si estuviéramos en familia, porque en realidad lo estamos. Todos nos hemos unido para, como María Rosa Molas, seguir el camino del señor y aportar ese granito de arena que a veces que si mueve montañas.
No se que pasará en mi Voluntariado Consolación, pero estoy segura de que volveré a mi casa llena, plena y servida en todos los sentidos. Solo me queda dar las gracias.